EL PÁRRAFO
La Real Academia de la Lengua Española define al
párrafo como: "Cada una de las divisiones de un escrito señaladas por
letras mayúsculas al principio del renglón y punto y aparte al final del trozo
de escritura". Puede contener varias oraciones o frases.
El párrafo es un conjunto de oraciones que unidas desarrollan una
idea temática o subtema del texto. El conjunto de párrafos, a su vez, conforman el texto y permiten desarrollar su tema central.
Tipos de párrafo
Los tipos de párrafo se pueden clasificar desde diversas variables:
Temática
Técnica narrativa
Lógica de pensamiento
Párrafo de desarrollo de un tema
Puede ser científico, periodístico, literario, filosófico,
psicológico, etc.
Párrafo de técnica narrativa
Puede ser descriptivo, narrativo, dialogado, etc.
Párrafo de pensamiento
Puede ser párrafos de enumeración, de jerarquización (orden
cronológico, de mayor a menor, de más importante a menos importante), párrafo
de comparación – contraste, párrafo de relación de ideas, párrafo de causa –
efecto, etc.
A continuación, el texto presentado permitirá analizar cada párrafo y establecer en cada uno la idea temática y en su conjunto un tema general.
EL NIÑO CALVO
Santiago
Roncagliolo
Si
usted tiene hijos pequeños, probablemente esté familiarizado con los exitosos
dibujos animados de Caillou. Caillou es un niño sin pelo, muy dulce y cariñoso,
que en cada capítulo descubre cómo ser feliz junto a su adorable familia. Pues
bien: odio a ese miserable.
Caillou
jamás grita ni pierde la paciencia ni hace berrinches. Si llueve, se queda
jugando en casa. Si no le gustan las verduras, imagina que son golosinas. Si su
hermana quiere un juguete, se lo presta. Mis hijos no son así. Cuando quieren
algo, berrean. Y se pelean por los juguetes. Y se ponen de mal humor cuando no
salen de casa. Así que cuando veo a Caillou, me pregunto: ¿Habré hecho algo
mal? ¿En qué me he equivocado? ¿Por qué mis hijos son peores que un maldito
dibujo animado?
Por
no hablar de los padres. Los padres de Caillou no pierden la paciencia ni por
un minuto. Jamás discuten. Siempre tienen una idea ingeniosa de un nuevo juego
educativo, que su pequeño recibe con alborozo. Y encuentran magia en cada
detalle de la vida cotidiana. Una vez, mi esposa y yo estábamos discutiendo
ferozmente y tuvimos que disimularlo porque llegaban los niños. Para no tener
que hablarnos –porque en ese momento no nos soportábamos– pusimos a Caillou.
Frente a nosotros aparecieron esos padres perfectos, llenos de paciencia, que
jamás tenían desacuerdos ni alzaban la voz. Yo me sentí como una cucaracha.
Usted
se preguntará por qué, si detesto tanto a Caillou, no apago el televisor. Pues
porque no se puede. Los niños lo quieren. Lo piden. Lo exigen. Pueden soplarse
diez capítulos seguidos de sus aventuras (y digo “aventuras” por llamarlas de
alguna manera, porque nunca pasa nada). Yo intento proponerles alternativas,
como (…) Dora la Exploradora. Pero los chicos adoran a ese niño calvo y
repelente.
Comprendo
que Caillou pinta un mundo ideal a la medida de estos niños. Eso es lo que
buscamos en la ficción. La protagonista de las telenovelas es una campesina
pobre que trabaja como empleada doméstica, pero siempre rubia, alta y con
acento venezolano. James Bond nunca se despeina ni se moja ni pierde la flema
inglesa. Todo eso es imposible, pero da igual: los espectadores queremos ser
rubias con acento venezolano o agentes secretos elegantes. No queremos ver la
realidad en la pantalla, sino nuestros sueños. Y si tienes dos años, tu máximo
anhelo es que tu papá te lleve al jardín y te regale una pelota.
Pero
si tú eres el papá, Caillou es una impúdica exhibición de tus imperfecciones,
un innecesario despliegue de crueldad, un espejo cuyo reflejo es mucho mejor
que tú.
Por
ello, cuando estoy en un entorno adulto, cobro venganza. Frente a mis amigos,
dedico a ese niño calvo una batería de bromas crueles, sarcasmos y mofas, con
el único fin de devolverle toda la bilis que él me produce. La última vez que
lo hice, en una cena, un amigo me respondió:
–
¿Sabías que tiene cáncer?
–
¿Quién tiene cáncer?
–Caillou.
Por eso es calvo. La serie trata de reforzar la idea de que es posible ser
feliz aun en las circunstancias más amargas. Y su objetivo es animar a los
niños que sufran enfermedades.
Un
silencio de reprobación se extendió a mi alrededor. Y yo no volví a abrir la
boca en tres días.
Total,
que llevo tres días tratando de saber si Caillou está enfermo de verdad. Al
parecer, es sólo un rumor. Nadie lo confirma ni desmiente oficialmente. Las
redes sociales hierven en debates al respecto. Me inclino a creer que es sólo
una alopecia temporal. En cualquier caso, ese niño ya ha conseguido lo que
quería: ahora no sólo me siento como un padre imperfecto. También soy un
canalla sin sentimientos.
Publicado
el 10 de marzo del 2013. Citado el 05 de enero del 2014
Citado el
05 de enero del 2014
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